Constitución de Apatzingán

Ayer se conmemoro un año más de la Constitución de Apatzingán (Decreto Constitucional para la Libertad de la América Mexicana), fue promulgada el 22 de octubre de 1814 por el Congreso de Chilpancingo reunido en la ciudad de Apatzingán a causa de la persecución de las tropas de Félix María Calleja. La Constitución fue válida para las fuerzas de los insurgentes y los territorios que lograron controlar efímeramente durante el transcurso de la guerra de la Independencia de México.

Surge de las vivas aspiraciones que imperaban en el corazón del pueblo mexicano influido e inspirado indudablemente en los movimientos liberales tanto de la revolución norteamericana como francesa.

Sin embargo, desde el nacimiento del movimiento de independencia, y durante los avatares de la conformación ideológico política del Estado, existió una idea que prevaleció, que reivindica para el pueblo la noción que legitima la existencia del Estado, a saber, que la soberanía dimana del pueblo.

El espíritu de la Constitución y de los Sentimientos de la Nación de José María Morelos, en relación a esta parte importante del documento consistía en reconocer que la entrega que hace el pueblo de la tarea para ejercer el poder por conducto de la división de poderes constituye la constante reiteración de que la clase gobernante se encuentra al servicio de sus electores,

Si se abre un abismo entre la agenda legislativa y las necesidades del pueblo, entonces el sistema electoral ya no concreta las aspiraciones legitimadoras del poder, lo que esta muy lejos de calificarse como democracia en el sentido virtuoso del término y se cae en la forma tergiversada de dicho sistema de gobierno, es decir la demagogia.

Lic. Victor Manuel Tinoco Rubí