“Placebo eres tú”

Me permito recomendarles a los amigos y amigas de la red, el libro de Joe Dispenza, titulado el “Placebo eres tú”. Señala su punto de vista de como valorar la confianza de uno mismo a través de sus experiencias y sus recomendaciones basadas en que lo más importante no sea rezar rigurosamente a diario para que se cumplan nuestros deseos, sino levantarnos de nuestra meditación como si nuestras oraciones ya se hubieran cumplido. Si lo hacemos cada día alcanzaremos un nivel mental en el que viviremos en lo desconocido y esperaremos lo inesperado. Y entonces es cuando lo misterioso llamará a nuestra puerta.
La respuesta placebo consiste en curarnos por medio de los pensamientos. Al fin y al cabo, un pensamiento no es más que una emoción sin manifestar. En cuanto aceptamos este pensamiento emocionalmente, empieza a volverse real, es decir, se convierte en realidad. Un pensamiento sin una impronta emocional carece de experiencia y por tanto está latente, aguardando en lo desconocido para ser conocido. Al tener un pensamiento para convertirlo en experiencia y luego en sabiduría, estamos evolucionando como seres humanos.
Considera el autor que la vida que llevamos es nuestra propia iniciación en la grandeza. Tal vez tú y yo debamos ver la vida como una oportunidad para irnos perfeccionando día a día y superar nuestras limitaciones con una conciencia más expandida. Así es como una persona pragmática, en vez de una victimizada, lo ve.
Sigue diciendo Dispenza; Al principio nos cuesta abandonar nuestra forma habitual de ver la vida para aceptar nuevos paradigmas. Es algo que nos resulta difícil e incómodo. ¿Por qué? Porque cuando cambiamos, ya no nos sentimos los mismos. Por eso mi definición de genio es sentirse incómodo y al mismo tiempo aceptar esta incomodidad.
Considera que es importante destacar y convertirnos en sobrenaturales? Para empezar debemos hacer aquello que más nos cuesta, es decir, ser generosos en medio de las épocas de crisis, cuando todo el mundo se siente rodeado de carencias y pobreza; amar cuando toda la gente está enojada y juzgando a los demás; demostrar valentía y serenidad cuando el resto está aterrado; ser bondadosos cuando los demás son hostiles y agresivos; entregarnos a las posibilidades cuando el resto del mundo se abre camino a codazos para ser los primeros, intentando controlar los resultados, compitiendo con ferocidad compulsivamente para llegar a lo más alto; sonreír de manera cómplice ante la adversidad y cultivar una sensación de plenitud cuando nos diagnostican una enfermedad.
En fin, considero que vale la pena leerlo