COALICIONES, ALIANZAS, SEGUNDAS VUELTAS, FRENTES, BLOQUES, COMISIONES ETC.

Últimamente hemos escuchado y leído propuestas para incluir, en algunos casos, mediante reformas constitucionales figuras políticas con las que supuestamente se lograría fortalecer nuestra democracia, logrando un cambio de rumbo atendiendo la demanda ciudadana. Desde mi punto de vista este criterio es muy discutible, aceptar que las figuras propuestas realmente nos lleven a lograr el cambio anhelado por la sociedad, como el de las coaliciones, implementándolas en forma obligada, probablemente provocarían ingobernabilidad, lo hemos visto en la practica, las posiciones en nuestro país se distribuyen por cuotas y a la hora de ejercer la responsabilidad pública se atiende con mayor eficacia el interés partidista que el institucional. Para poder dar el paso de incrustar formas de gobierno de carácter parlamentario se requiere no solo voluntad política sino madurez en todos los partidos y sinceramente yo no lo veo en este momento.

Porque no vemos la posibilidad, de que sencillamente, teniendo en cuenta nuestro sistema Presidencial, establecer la obligación de integrar el gabinete atendiendo requisitos como el de elegir la gente más preparada, que no tenga antecedentes negativos y que destaquen por su capacidad, transparencia y honestidad ante la sociedad, independientemente del partido al que pertenezcan, pero siempre a propuesta del candidato que resultó electo.

Lo mismo sucedería con los partidos políticos, las alianzas, frentes, comisiones etc. podrán tener éxito si quienes tienen la responsabilidad de encabezarlas cuentan con credibilidad social, por lo que los partidos políticos tienen que preocuparse por promover ciudadanos o ciudadanas que gocen de honestidad pública, solo así podrán tener el respaldo y confianza de la gente, lo que si sería importante es atender la demanda ciudadana como lo es la eliminación del fuero para legisladores y funcionarios públicos, el reducir del número de Diputados y Senadores, impulsar todo lo relacionado con la rendición de cuentas a través del nuevo sistema Nacional Anti corrupción en los tres niveles de gobierno. No podemos olvidar que la Auditoría Superior de la Federación tiene ya facultades vinculatorias mas efectivas, entre otras la de transparentar y dar seguimiento a todas las denuncias, quejas, solicitudes, y opiniones realizadas por los particulares o la sociedad civil organizada.

No podemos permitir que la democracia sea utilizada en forma perversa al grado tal que los ciudadanos, se sientan decepcionados por la política y lleguen a sentir que viven en un ambiente anárquico. Las leyes ya existen, el diagnostico de necesidades del País también es conocido, sabemos que males se tienen que combatir, la pobreza, la corrupción, la planeación adecuada para que los programas públicos en verdad estén dirigidos a combatir la pobreza y lograr el desarrollo económico regional, etc. etc. lo que haría falta es madurez política para ponerlos en practica o darle continuidad a los que están funcionando bien.

Esta manera de pensar tan actual y tan nefasta para la política descalificando todo lo que no favorece a los intereses personales ha hecho trastabillar las bases del Estado de Derecho y obliga a que se busquen con urgencia alternativas para recuperar la confianza del pueblo en sus representantes y la formación de una sociedad igualitaria y responsable políticamente, hay que hacerlo pero que tenga viabilidad ante nuestra realidad social.

México esta viviendo momentos difíciles no solo por la pérdida de valores en nuestras instituciones sino también la sociedad mexicana está fragmentada de muchos modos diferentes. No sólo está dividida en clases cada vez más distanciadas y fracturada por la obstinada segmentación de intereses particulares sino que además está rota por las muchas violencias que la agreden, las redes y la forma de promover los mensajes que disienten están plagadas de odio y de rencor.

Requerimos una profundidad tal que solo asumiendo los retos y procesándolos en conjunto -a través de la buena política, que supone la deliberación pública- podremos intentar salir al paso, pero no necesariamente con instituciones importadas.

Lic. Victor Manuel Tinoco Rubí