LUIS DONALDO COLOSIO 27 ANIVERSARIO

Luis Donaldo era infatigable, para él no había descanso de fin de semana. Su ritmo de trabajo era delirante, había recibido un partido dividido al cual quería transformar rompiendo vicios históricos, estaba convencido de lograrlo, teníamos la seguridad de que lo iba lograr por ser un hombre habituado en la cultura del esfuerzo, estaba dispuesto a trabajar al límite de su capacidad.
Estaba cabalmente convencido de la imperiosa necesidad de lograr el cambio democrático dentro del partido y sabía cómo llevarlo a cabo, era un hombre con sensibilidad política y con visión modernizadora.
Estaba convencido que el Partido tendría que democratizarse, que las dirigencias deberían estar dispuestas a reestructurarse y consolidarse. Darle participación autentica a la militancia y a la sociedad. Hacer planteamientos que resolvieran las demandas históricas de la población, atendiendo la realidad de cada región del País.
No considerar al ciudadano simplemente como un elector en potencia, era necesario darle participación efectiva a la ciudadanía y no abandonarla después del triunfo electoral.
Su reforma del Poder, contemplaba que alcanzar el poder, implicaba ejércelo democráticamente. Muy importante ganar elecciones, pero posteriormente legitimarse en el ejercicio del gobierno.
Decía enfáticamente: “Necesitamos Un gobierno que se reforme para que esté cerca de la gente, para que sirva a la gente; para que la gente se sienta protegida y no atemorizada por la autoridad».
No todos estaban de acuerdo con los cambios que proponía, afectaba intereses enquistados en el partido desde hace años, pero nadie soslayaba sus esfuerzos por consensuar la reforma, se enfilaba hacia la XIV Asamblea Nacional. Ese era su gran proyecto.
Quería un cambio democrático sin simulaciones ni corrupción, un cambio que le diera autoridad moral al partido con total apoyo de la militancia y la sociedad.
Esa Asamblea constituyó un inicio de democracia interna en la historia priista. La figura de Donaldo subió y se valoró su trabajo no solo dentro del PRI también la sociedad lo veía con simpatía.
El partido debería establecer una plataforma común y proponer candidatos de credibilidad y honestidad probada, ofreciendo al electorado un compromiso con sus representados y no atendiendo, intereses particulares o de grupo. Llegar al final, exponiendo como se resolverían los problemas y necesidades que la sociedad ha estado exigiendo.
¡Ah!.. Como te extrañamos Luis Donaldo.