Hoy es mi cumpleaños y el de mi nieto Pablo

Después de haber recorrido un tramo importante de mi vida me detengo a reflexionar sobre las experiencias que se adquieren en un recorrido que como bien señalaba Séneca «el espacio que vivimos no es vida sino tiempo», y en este sentido puedo manifestar que en el tiempo que me ha concedido la vida, he aprendido, a renunciar, abandonar y desprenderse de todo aquello que daña, a cambio, de valorar el tiempo pasado, que nos permite en el presente corregir errores y estar consiente de no temer al futuro, disfrutar íntegramente de la vida. No tenemos escaso tiempo, sino que a veces perdemos mucho.
Estimados amigos de la red con toda franqueza les puedo comentar que en mi vida siempre tuve un sueño que se cumplió, haber sido Gobernador de mi estado. Luche y trabaje, junto con un excelente equipo de trabajo, entregando mi mejor esfuerzo y capacidades en tan honrosa encomienda, me permitió aprender que la comunicación directa y sincera con la gente es lo más efectivo para cumplir con la responsabilidad, por ello puedo ir a cualquier lugar de mi estado con la frente en alto, sabiendo que me encontrare con gente agradecida sin esperar nada a cambio en virtud de que únicamente atendí una obligación pública.
Agradezco a mi esposa Chayito, a mi familia y a mis amistades por su apoyo y solidaridad, lo que nos ha permitido afrontar y superar el temor, el miedo y la ansiedad, que nos ha tocado vivir. Disfrutar nuestras alegrías, teniéndolas siempre presentes y festejarlas con nuestros seres queridos.
Nuestra vida es suficientemente larga y se nos ha dado en abundancia para la realización de las más altas empresas, si se invierte bien toda entera; pero en cuanto se disipa a través del lujo y la apatía, en cuanto no se dedica a nada bueno, cuando por fin nos reclama nuestro último trance nos percatamos de que ya ha transcurrido la vida que no comprendimos que corría. Así es: no recibimos una vida corta, sino que nos la hacemos, y no somos indigentes de ella, sino dilapidadores. Tal como los caudales vastos y dignos de un rey, en cuanto van a parar a un mal dueño, al instante se desvanecen y, en cambio, por más que sean modestos, si se ponen en manos de un buen administrador, crecen con su uso, así nuestra vida resulta muy extensa para quien se la organiza bien.
Saludos