Felicidades a mis nietos

Felicidades a mis nietos, a mis sobrinos y a todos los niños y niñas por su día, a mis hijos que también fueron niños, todos tuvimos la dicha de ser niño, al correr del tiempo cuando se convive con ellos llegamos a la conclusión de que frecuentemente hay más que aprender de las preguntas inesperadas de un niño que de los discursos de un político.

Como escribe García Marquéz: “ A un niño le daría alas, pero le dejaría que él solo aprendiese a volar. A los viejos les enseñaría que la muerte no llega con la vejez, sino con el olvido.”

La paternidad es asumir el papel más arduo que se les puede pedir a los seres humanos. Es el viaje más revelador, estimulante y tumultuoso de la vida de un ser humano. Para cumplir con esa responsabilidad los padres tendrán que aprender estas cosas:

Si crean un ambiente de paz, el niño aprenderá a relajarse.

Si crean un ambiente de comprensión, el niño será abierto con sus problemas.

Si crean un ambiente de silencio, el niño se volverá contrario al ruido del mundo.

Si crean un ambiente de libertad, el niño tendrá el coraje de encontrar su propio camino.

El Día de Niño surgió para conmemorar a las víctimas infantiles de la Primera Guerra Mundial, conflicto bélico que dejo a miles de personas afectadas.

Fue el 26 de septiembre de 1924 cuando Liga de las Naciones ratificó la Declaración de Ginebra sobre los Derechos de los Niños, la cual se instauro para proteger a los menores.

En México el Gobierno de Álvaro Obregón en 1924 aceptó la ratificación de la Liga de las Naciones Unidas, pero para no empalmar la celebración con el Aniversario de la Revolución (20 de noviembre), ni tenerla que celebrar al inicio del mes de mayo (Día del Trabajo (1 de mayo) y la Batalla de Puebla (5 de mayo)), se decidió que en México se conmemore el 30 de abril.